Mis últimos post, estaban
relacionados con el trabajo que me apasiona y que desempeño cada día, pero hoy,
me apetece escribir sobre mi, porque necesito contar este sentimiento que desde
hace días me acompaña en cada pensamiento.
Vine al mundo de “rebote” es
decir, por error de la naturaleza, mi nacimiento no estaba previsto y de
repente hice rejuvenecer a mis padres haciéndoles recordar como se criaba de
nuevo a un hijo.
La verdad es que siempre he sido
un tío muy feliz y cada recuerdo de mi infancia o juventud va acompañado de una
sonrisa, de sensaciones agradables…
Desde pequeño recuerdo una
relación muy estrecha con mi madre, tal vez por su bondad infinita, por su
cariño sin mesura, por su apoyo continuo, por su sonrisa cómplice, por su te
quiero incondicional..., por tantas cosas… pero, sin embargo, la relación con
mi padre nunca fue tan intensa, sobre todo durante la infancia y adolescencia,
su trabajo, absorbía gran parte de su tiempo y le hacía complicado estrechar
lazos familiares, al menos durante la semana.., afortunadamente, él ha sabido
darse cuenta de todo cuánto no vivió junto a nosotros y ahora trata de
recuperar el tiempo perdido, no solo con sus hijos sino con sus nietos, no
perdiéndose absolutamente nada de ellos.
En absoluto es un reproche, a
veces, la vida te lleva por unos senderos que aunque no sean los que más deseas
en esos momentos, sabes q son los que debes seguir.
Mi padre siempre ha sido un
luchador nato, que se ha ganado a pulso cada cosa que ha hecho en la vida,
nadie le ha regalado nada, absolutamente nada. Siempre he destacado de él su
tesón, sus ganas de seguir creciendo, de ser mejor cada día, pero sobre todo su
entrega infinita a cada uno de nosotros, de los que formamos su familia.
Gracias a su apoyo pero sobre
todo a su esfuerzo, todos y cada uno de mis hermanos hemos podido labrar
nuestro futuro tal y como hemos soñado y para todos nosotros esto es algo que
obviamente no tiene precio, es intangible.
En la medida de nuestras
posibilidades, ahora tratamos de “devolver” parte de lo que él ha hecho con
nosotros, a través de vivencias y recuerdos inolvidables en los que él sea
protagonista absoluto, siendo conscientes de que nunca será suficiente.
El pasado 8 de Mayo, vivió uno de
ellos. el Teatro Real de Madrid, recibía a uno de los cantaores más grandes de
este país, el maestro Miguel Poveda. Mi padre siente pasión por el flamenco y
por Miguel, lo suyo es locura… Hacia semanas que sin decirle nada había
conseguido tres entradas en la fila tres del patio de butacas, me hacía una
ilusión tremenda llevarles al concierto sin que supiesen nada, las únicas
premisas que les dí eran que debían estar bien arreglados y preparados para las
ocho y cuarto de la tarde.
Justo a esa hora el chófer ya les
esperaba, la cara de ellos es imposible describirla, no tenían ni idea de
adonde iban y mucho menos de que les esperara un chófer, al llegar al Teatro Real mi padre se bajó del coche nervioso, ansioso por saber que iba a ver, yo
les metí en la cabeza de que sería una ópera, pero no tenía todas conmigo para
que se lo creyesen… entramos por la puerta lateral del teatro para que no
viesen el photocall de Miguel, el vestíbulo del Real era un ir y venir de
famosos y ellos aún no sabían nada.
Al entrar al patio de butacas me
anticipé para coger los programas y que ellos siguieran sin saber nada… el
escenario daba muchas pistas de que el espectáculo podría ser de flamenco, pero
ellos seguían con la intriga.
Finalmente unos minutos pasadas
las nueve de la noche, Miguel Poveda hacía su aparición en el escenario, el
público en pie… al mirar a mis padres, vi como mi padre, a sus 77 años,
comenzaba a llorar de la emoción mientras agarraba mi mano fuertemente, mi
madre no daba crédito a lo que estaba viendo y que contaros más… que fui feliz,
muy feliz, ese momento, esos segundos, están grabados en mi corazón para siempre,
nada ni nadie podrá borrarlos y solo por todo cuánto sentí comprendí que gracias
a estas sensaciones vale la pena vivir, que no hay nada más grande que ver
feliz a la gente y si encima son tus padres, la sensación se hace infinita.
El espectáculo fue sublime… no
tengo palabras para describir lo que vi, lo que sentí, cuánto me emocioné,
Miguel es un genio de la música, del flamenco, del arte en general y hacer partícipes
a mis padres de algo tan grande fue y será sin duda una experiencia
inolvidable, de las mejores de mi vida, gracias Miguel, gracias mamá, gracias
papá… siempre queriéndoos.
Hoy, entiendo lo difícil que es
transmitir sentimientos a través de la música, solo los más grandes saben
hacerlo y Miguel es sin duda el gran maestro.