lunes, 17 de septiembre de 2012

Venecia, algo más que la ciudad de los canales.


La verdad es que me parece mentira que hayan pasado ya casi dos meses desde mi último post..., han sido días de mucho trabajo y dedicación casi exclusiva a un par de proyectos que pronto verán la luz, sin ir más lejos, la semana que viene el primero (nervioso) y el poco tiempo que me quedaba libre lo aprovechaba para tomar esos rayitos de sol que tanto me gustan, si, si, siempre con moderación.

El verano toca a su fin y la sensación que me queda es que ha pasado demasiado rápido, nunca llegaré a entender si esta sensación es buena o mala.

No suelo tomar vacaciones en verano y si lo hago son solo unos días, prefiero tomarlas en invierno e ir a esquiar que junto con el tenis y running son algunos de mis deportes preferidos, la cuestión es que desde hacía unos meses, la última semana de Agosto había previsto pasarla en Venecia, haciéndola coincidir con la “Mostra” de cine y vivir una experiencia completamente nueva para mi.

Visitar Italia es uno de esos placeres que no puedo describir con palabras, es tan sublime, que no creo que posea el léxico adecuado que defina a la perfección lo que siento cuando piso tierras italianas, siempre he dicho que en vidas anteriores, debí ser partícipe del renacimiento Italiano en la señorial Florencia.

El trayecto desde el aeropuerto hasta el gran canal, no es un trayecto cualquiera, se hace en taxi, si, pero en un taxi especial, que lejos de rodar por el asfalto, lo hace sobre el mar y a gran velocidad, preludio de que algo emocionante va a pasar y es que la entrada a la ciudad de los canales, podría resumirse en magia pura. Decenas de pequeños canales se abren paso sinuosamente hacia el gran canal, que, sin duda, es el centro neurálgico de la cidudad.

El alojamiento era de lo más pintoresco, casa del siglo XIII con un mobiliario y decoración dignos de una peli de época.., todo lo que os cuente es poco, mejor vivirlo.

Tras una noche de charla hasta bien entrada la madrugada, Venecia amanecía entre las voces de sus gondoleros, que desde muy temprano estaban listos para iniciar un nuevo "giorno". Desde mi habitación a parte de escucharles podía observarles... un deleite para los sentidos ya que las vistas al gran canal eran absolutamente espectaculares al amanecer.

Las calles de Venecia esperaban, pero antes, parada obligada en una cafetería para degustar un capuccino típico Italiano y doppo un buen ristretto… y es que cuando uno está en Italia, no se acuerda del Nespresso…(lo siento, pero es la verdad...).

El día iba avanzando y tocaba el momento de entrar en el recinto de la mostra para recoger las acreditaciones, la alfombra roja ya olía a estrellas. Aún quedaba mucho por hacer y los operarios trabajaban a destajo para tenerlo todo listo al día siguiente.

Visita obligada al Excelsior, punto de encuentro de muchos de los asistentes a la Mostra, donde también ultimaban todos los preparativos para que todo estuviese listo a la mañana siguiente.

Atardecía en Venecia y era el momento de volver a casa, el trayecto que une Lido con Venecia resultaba especialmente impactante , un horizonte anaranjado teñía la ciudad de los reflejos de una belleza espectacular.

Los siguientes días se sucedieron repletos de ocio, running por la mañana (me sigue sorprendiendo el saludo universal de los corredores, estés donde estés), cine, comidas, cenas, spritz (aperitivo típico  veneciano) y sobre todo una estupenda compañía, gracias a Amalia, Ana, Juan Carlos y Montse.., han sido momentos de risas de esos que quedan en el recuerdo y que rememoraré siempre con mucho cariño.

La Mostra ha sido una experiencia absolutamente novedosa para mi y de algo estoy seguro, tengo que volver a repetirlo... Las jornadas eran de infarto para todos aquellos que cubrían el evento y cuyas crónicas eran esperadas al día siguiente, casi ni tiempo de respirar entre filmes y ruedas de prensa, la verdad es que vivirlo en primera persona me ha ayudado a comprender mucho mejor a todos aquellos periodistas que cubren este tipo de festivales y vaya mi respeto y admiración hacia su trabajo.

De las películas que pude ver, me impactaron especialmente tres, "The Iceman" con Wynona Rider, Michael Shannon y Ray Liotta, "At any Price" con Dennis Quaid y Zac Efron y "The Reluctant Fundamentalist" interpretada por Riz Ahmed Liev Schreiber, Kate Hudson y Kiefer Sutherland.


La rueda de prensa de Wynona, fue un tanto extraña, algo dispersa con respuestas poco acertadas que no pasaron inadvertidas por los críticos que al día siguiente se hacían eco mediante crónicas que ponían en entredicho la recuperación de quien fuera una de las grandes estrellas del cine. Será el tiempo quien diga si volverá de nuevo a brillar con la intensidad de antaño.

Como suele pasar en este tipo de viajes, siempre te queda la sensación de que ha sabido a poco, aún así ha sido un paréntesis de lo más productivo y que me he ayudado a evadirme de un agosto intenso en cuanto a trabajo se refiere.

Ahora volvemos "al cole" por delante un otoño frenético y lleno de novedades, tanto en tecnología como en implantes así que habrá que estar muy al tanto para seguir ofreciendo nuevas mejoras a mis pacientes, sin ir mas lejos este fin de semana vengo de conocer las nuevas apuestas en láser de unos americanos, que sin duda darán que hablar!.

See you soon!
PD: agradezco a Juan Carlos sus fotografías.

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