sábado, 19 de mayo de 2012

Gracias papá...


Mis últimos post, estaban relacionados con el trabajo que me apasiona y que desempeño cada día, pero hoy, me apetece escribir sobre mi, porque necesito contar este sentimiento que desde hace días me acompaña en cada pensamiento.

Vine al mundo de “rebote” es decir, por error de la naturaleza, mi nacimiento no estaba previsto y de repente hice rejuvenecer a mis padres haciéndoles recordar como se criaba de nuevo a un hijo. 

La verdad es que siempre he sido un tío muy feliz y cada recuerdo de mi infancia o juventud va acompañado de una sonrisa, de sensaciones agradables…

Desde pequeño recuerdo una relación muy estrecha con mi madre, tal vez por su bondad infinita, por su cariño sin mesura, por su apoyo continuo, por su sonrisa cómplice, por su te quiero incondicional..., por tantas cosas… pero, sin embargo, la relación con mi padre nunca fue tan intensa, sobre todo durante la infancia y adolescencia, su trabajo, absorbía gran parte de su tiempo y le hacía complicado estrechar lazos familiares, al menos durante la semana.., afortunadamente, él ha sabido darse cuenta de todo cuánto no vivió junto a nosotros y ahora trata de recuperar el tiempo perdido, no solo con sus hijos sino con sus nietos, no perdiéndose absolutamente nada de ellos.

En absoluto es un reproche, a veces, la vida te lleva por unos senderos que aunque no sean los que más deseas en esos momentos, sabes q son los que debes seguir.

Mi padre siempre ha sido un luchador nato, que se ha ganado a pulso cada cosa que ha hecho en la vida, nadie le ha regalado nada, absolutamente nada. Siempre he destacado de él su tesón, sus ganas de seguir creciendo, de ser mejor cada día, pero sobre todo su entrega infinita a cada uno de nosotros, de los que formamos su familia.

Gracias a su apoyo pero sobre todo a su esfuerzo, todos y cada uno de mis hermanos hemos podido labrar nuestro futuro tal y como hemos soñado y para todos nosotros esto es algo que obviamente no tiene precio, es intangible.

En la medida de nuestras posibilidades, ahora tratamos de “devolver” parte de lo que él ha hecho con nosotros, a través de vivencias y recuerdos inolvidables en los que él sea protagonista absoluto, siendo conscientes de que nunca será suficiente.

El pasado 8 de Mayo, vivió uno de ellos. el Teatro Real de Madrid, recibía a uno de los cantaores más grandes de este país, el maestro Miguel Poveda. Mi padre siente pasión por el flamenco y por Miguel, lo suyo es locura… Hacia semanas que sin decirle nada había conseguido tres entradas en la fila tres del patio de butacas, me hacía una ilusión tremenda llevarles al concierto sin que supiesen nada, las únicas premisas que les dí eran que debían estar bien arreglados y preparados para las ocho y cuarto de la tarde.

Justo a esa hora el chófer ya les esperaba, la cara de ellos es imposible describirla, no tenían ni idea de adonde iban y mucho menos de que les esperara un chófer, al llegar al Teatro Real mi padre se bajó del coche nervioso, ansioso por saber que iba a ver, yo les metí en la cabeza de que sería una ópera, pero no tenía todas conmigo para que se lo creyesen… entramos por la puerta lateral del teatro para que no viesen el photocall de Miguel, el vestíbulo del Real era un ir y venir de famosos y ellos aún no sabían nada.

Al entrar al patio de butacas me anticipé para coger los programas y que ellos siguieran sin saber nada… el escenario daba muchas pistas de que el espectáculo podría ser de flamenco, pero ellos seguían con la intriga.

Finalmente unos minutos pasadas las nueve de la noche, Miguel Poveda hacía su aparición en el escenario, el público en pie… al mirar a mis padres, vi como mi padre, a sus 77 años, comenzaba a llorar de la emoción mientras agarraba mi mano fuertemente, mi madre no daba crédito a lo que estaba viendo y que contaros más… que fui feliz, muy feliz, ese momento, esos segundos, están grabados en mi corazón para siempre, nada ni nadie podrá borrarlos y solo por todo cuánto sentí comprendí que gracias a estas sensaciones vale la pena vivir, que no hay nada más grande que ver feliz a la gente y si encima son tus padres, la sensación se hace infinita.

El espectáculo fue sublime… no tengo palabras para describir lo que vi, lo que sentí, cuánto me emocioné, Miguel es un genio de la música, del flamenco, del arte en general y hacer partícipes a mis padres de algo tan grande fue y será sin duda una experiencia inolvidable, de las mejores de mi vida, gracias Miguel, gracias mamá, gracias papá… siempre queriéndoos.

Hoy, entiendo lo difícil que es transmitir sentimientos a través de la música, solo los más grandes saben hacerlo y Miguel es sin duda el gran maestro. 

5 comentarios:

  1. Me has hecho llorar !!..Un hijo es TODO una madre TODO y un padre TODO..yo ya no tengo los míos pero los llevo en mi en mi corazón!!..Nunca dejes de disfrutarlos y de hacerles felices..sorprender!! puesto que ellos ya nos han sorprendido..Un abrazo amigo!!

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  2. Tienes la misma pasión para todo lo que te toca cerca en la vida. Y esos sentimientos abrasadores, intoxicantes, son poderosos, se extienden con facilidad, se multiplican sin esfuerzo porque nacen de dentro de ti, fluyen sin remedio desde tu corazón sin ningún límite... No es fácil ser feliz, pero serlo está en cada uno de esos pequeños momentos que a veces buscamos y que a veces nos regala la vida.
    Eres un ejemplo a seguir, y un gran espejo en el que reflejarse. Tus padres hicieron una gran labor dejándote ser tú mismo, y esto lo demuestra!

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  3. Gracias por todo cuanto dices, me emociona, de corazón.

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  4. Veramente emocionante... me ha tocado hacer algo parecido con mi madre que tiene Alzheimer desde hace 15 aňos. Fuimos a ver una peli sobre Evita, un tiempo antes de que comenzara a olvidar todo. Evita era su ídola absoluta. Atesoro ese temblor y las lágrimas por revivir una parte de su juventud.
    No se compara con lo de Miguel, claro está, pero que bueno haber podido retribuir con cosas tan amadas a nuestros padres!
    Gran abrazo desde Buenos Aires.

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