Hoy ha sido uno de esos días mágicos que la vida te regala, momentos que quedan en la retina, vivencias que solo tu corazón entiende, recuerdos que seguro me emocionarán, cuando los reviva de nuevo.
A finales del año pasado decidí prepararme para correr una maratón, que justamente se celebraba hoy, 22 de Abril, los avatares de la vida me han impedido poder participar en ella, pero no así, hacerlo en la disciplina de 10 kilómetros.
A las 09:00 horas de la mañana, el Paseo de Recoletos de mi adorada Madrid, escuchaba el estruendoso disparo de salida que enmudecía a los más de 20.000 corredores que nos dábamos cita en una fría mañana de cielo azul y alguna que otra nube dispersa.
Mis compañeros del Metropolitan Gym sabían cuánto significaba para mi haber podido participar en los 41 kilómetros del recorrido, por eso, les agradezco desde este post, cada uno de sus gestos de cariño y como no, ese pensamiento continuo hacia mi, durante toda la carrera.
Todos los que practican running, saben, que en determinados momentos, crees que no eres capaz de seguir y el abandono planea incesante sobre tu mente, pero entonces, el espíritu deportivo te hace recurrir a la fuerza del corazón para que ésta fluya de inmediato hacia tu mente con el claro mensaje de “ sigue, come on, tu puedes, vamos… “ , pero, en la carrera Rock ¨n¨ Roll Madrid, los grupos de rock instalados cada dos kilómetros junto con los aplausos de miles de anónimos que veían la carrera pasar, eran el mejor aliento para que ese pensamiento ni siquiera pudiera hacer acto de aparición. Click video.
Uno de los momentos más emocionantes lo he vivido al pasar por el Bernabeú, mi corazón, de repente se hacía grande con el olor embriagante a liga y porque no, a copa de Europa, que de entre sus paredes se desprendía.
Los aplausos de todos los corredores eran una constante mientras lo rodeábamos, pues justo en ese punto, la carrera se dividía, por un lado continuaban los corredores de la maratón y por otro los que corríamos los 10 kilómetros. Las palmas y los gritos de ánimo hacía los corredores que continuaban con su duro recorrido emocionaba hasta el más impasible. El deporte nos unía de manera emocionante a todos. Un gesto de complicidad que solo puede vivirse, es imposible relatarlo. Click Video
Finalmente, entre pancartas de “You do it, Madrid”, los corredores entrábamos triunfales al madrileño parque del Retiro, aún más teñido de verde que de costumbre por el color corporativo de las camisetas de la carrera.
Cruzar la meta a ritmo de rock “n” roll era la mejor forma de acabar una feliz mañana deportiva.
Doy gracias a la vida por haberme hecho sentir esta pasión por el deporte y no por el alcohol o las drogas, por recordarme cada día que debo seguir luchando por ser mejor persona, por defender mis valores y por tener a mi lado a tanta gente que me quiere.
Dos personas a las que les tengo mucho cariño, Espe y Javi, empiezan un nuevo proyecto llamado 26 Running Family, y que está relacionado de lleno con el deporte y con las increíbles vivencias que éste te reporta. Bichos! Os deseo lo mejor.
En un día grande para mí, el broche de oro lo ha puesto el emperador de la tierra batida, mi gran ídolo, Rafael Nadal al ganar su vigésimo Master 1000 barriendo a Djokovic en Monte-Carlo.
Que viva el deporte,
Sergio Fdez.
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